En su afán de mariposa
baja del árbol
la hoja
Javier Ramírez
Para Andrea
Más frágil que el cristal
cae del árbol la hoja
En su camino su color cambia
de amarillo a negro
Pienso que tal vez tenga miedo
de caer a la tierra y morir
en el olvido
sin saber que una mano la levanta.
viernes, 16 de octubre de 2009
Cada día
Cada día
adormecemos un sueño
regalamos un recuerdo
y callamos un secreto.
Cada día
aprendemos un juego
y soportamos hipocresías
de sonrisas fingidas.
Acostumbramos a la esperanza
al insomnio eterno de las noches
Valoramos un poco
y extinguimos un suspiro
renaciendo cada día.
adormecemos un sueño
regalamos un recuerdo
y callamos un secreto.
Cada día
aprendemos un juego
y soportamos hipocresías
de sonrisas fingidas.
Acostumbramos a la esperanza
al insomnio eterno de las noches
Valoramos un poco
y extinguimos un suspiro
renaciendo cada día.
Ausencia
Para G.
Tu ausencia me duele
más que mi rodilla rota
que la muerte de mi padre
Pesa más que una tonelada de cemento
sobre mi espalda
Y por qué buscarte
a estas horas
cuando sÓlo el silencio me acompaña
Escribo tu nombre
en hojas y en la mente,
lo repito a cada instante
para saber que existes
Y por todos lados
no apareces
Tu ausencia es
más callada que el silencio
Y me duele,
me hostiga, me siento
como perdido en un desierto
donde tú eres el agua
que bebo...
A pesar de todo
estoy aquí
como un niño que
espera ser amamantado
hasta que decidas aparecer...
Tu ausencia me duele
más que mi rodilla rota
que la muerte de mi padre
Pesa más que una tonelada de cemento
sobre mi espalda
Y por qué buscarte
a estas horas
cuando sÓlo el silencio me acompaña
Escribo tu nombre
en hojas y en la mente,
lo repito a cada instante
para saber que existes
Y por todos lados
no apareces
Tu ausencia es
más callada que el silencio
Y me duele,
me hostiga, me siento
como perdido en un desierto
donde tú eres el agua
que bebo...
A pesar de todo
estoy aquí
como un niño que
espera ser amamantado
hasta que decidas aparecer...
jueves, 8 de octubre de 2009
Sucede que...
Sucede que cuando un hombre
y una mujer se quieren
uno da la mitad de lo que tiene
y el otro no entrega nada.
Intentan realizar algo
con lo primero que se les viene
a la mente
Con la vana intención de entregarse
y sentirse uno solo.
Sucede que se sientan a esperar la felicidad
en donde duermen sueños inconclusos
pero van por el mundo despreocupados
intentando olvidar lo que los ha unido
Quizá una pasión
una noche o
una simple promesa
Y se pelean con el destino
culpándose uno con otro y encontrando
cualquier motivo para decirse adiós.
y una mujer se quieren
uno da la mitad de lo que tiene
y el otro no entrega nada.
Intentan realizar algo
con lo primero que se les viene
a la mente
Con la vana intención de entregarse
y sentirse uno solo.
Sucede que se sientan a esperar la felicidad
en donde duermen sueños inconclusos
pero van por el mundo despreocupados
intentando olvidar lo que los ha unido
Quizá una pasión
una noche o
una simple promesa
Y se pelean con el destino
culpándose uno con otro y encontrando
cualquier motivo para decirse adiós.
Clara
Amaneces como la mañana
y me pregunto
qué harás
a estas horas
qué calles caminarás sola
con tu presencia magnífica
y diáfana
¿Y qué hago yo? Sino pensarte
amarte desde esta distancia
tan lejana que nos separa.
Ahora que camines
le preguntaré a las calles
por ti
para recorrer los sitios
que tú transitas
Y no perderte jamás.
y me pregunto
qué harás
a estas horas
qué calles caminarás sola
con tu presencia magnífica
y diáfana
¿Y qué hago yo? Sino pensarte
amarte desde esta distancia
tan lejana que nos separa.
Ahora que camines
le preguntaré a las calles
por ti
para recorrer los sitios
que tú transitas
Y no perderte jamás.
Silencio
Silencio.
Afuera llueve.
Los sompopos huyen
hacia sus cuevas
con el maíz en el lomo.
Silencio
que las tuzas salen
y se van en tallos.
Los chuchos aúllan
espantados
anunciando miedo.
Silencio
que los papauses caen
de sus ramas verdes, verdes.
Los zopes vuelan
alocados
deseosos de la muerte.
Silencio.
El mundo calla.
Afuera llueve.
Los sompopos huyen
hacia sus cuevas
con el maíz en el lomo.
Silencio
que las tuzas salen
y se van en tallos.
Los chuchos aúllan
espantados
anunciando miedo.
Silencio
que los papauses caen
de sus ramas verdes, verdes.
Los zopes vuelan
alocados
deseosos de la muerte.
Silencio.
El mundo calla.
Decadencia del SIGLO XXI
Caminando por las calles sin pensar
buscando respuestas a mi vida
descubro tantas cosas
que pulverizan mi autoestima
Un niño pidiendo limosna
sin un zapato
Una madre afligida
una prostituta vendiendo sexo
un muerto en la esquina
un perro atropellado
un soldado armado
un montón de basura
una droga fumada
una deuda que no se paga
un corazón roto
y un enamorado herido
de amor
Y me fui a casa de regreso
pensando qué maravillosa es mi vida
porque no paso hambre
mi casa está limpia
no he fumado nunca
he pagado mis deudas
Y mi corazón remendado
aguantará otras heridas.
30 de marzo del 2008
buscando respuestas a mi vida
descubro tantas cosas
que pulverizan mi autoestima
Un niño pidiendo limosna
sin un zapato
Una madre afligida
una prostituta vendiendo sexo
un muerto en la esquina
un perro atropellado
un soldado armado
un montón de basura
una droga fumada
una deuda que no se paga
un corazón roto
y un enamorado herido
de amor
Y me fui a casa de regreso
pensando qué maravillosa es mi vida
porque no paso hambre
mi casa está limpia
no he fumado nunca
he pagado mis deudas
Y mi corazón remendado
aguantará otras heridas.
30 de marzo del 2008
De Mínima Señal
Mazatán
Existió un lugar del cadejo
Y del sipiyo,
De la anona y de la guaya
Con noches estrelladas
Y silencios prematuros
Extensos hasta disoras de la noche
Ahí los amaneceres
Llegaban hasta las cinco
De la madrugada
Y el sol se ocultaba tarde.
Un intenso fervor
agotaba la esperanza
Y el calor nos hizo
huir hacia Aztlán
para bañarnos entre esteros
rodeados de venados
y garrobos cuistalos
Rescoldos
Recuerdo aquella cita efímera
con una taza de café
Y por eso pienso
en ti
Lo digo por tus ojos,
libélulas de misterio
Lo digo por tu mirada
mar infinito
Lo digo por tus manos
tu voz
aquella tarde pasajera en que
recorrimos juntos las calles
Entonces imaginar acariciar tu pelo
enredado en mis dedos
robarte un beso
Cantar el brillo de la luna
entretenidos en silencios
y llovizna vespertina
Lo digo por la tarde de invierno
en que te vi un instante
y te amé una vida
Autorretrato definitivo
Soy como los animales
que sueñan
se embrocan a pensar
y contemplar la vida
sin preocuparse
Comen, beben
Se divierten persiguiendo moscas
saludando al vecino
con la risa misteriosa
e incomprensible.
Yo también sueño
y cuento los días
Esperando que algo pase
que me cambie la vida,
o tal vez dormir
comer
despertar para salir
de esta monotonía.
De Mínima Señal, 2008
Existió un lugar del cadejo
Y del sipiyo,
De la anona y de la guaya
Con noches estrelladas
Y silencios prematuros
Extensos hasta disoras de la noche
Ahí los amaneceres
Llegaban hasta las cinco
De la madrugada
Y el sol se ocultaba tarde.
Un intenso fervor
agotaba la esperanza
Y el calor nos hizo
huir hacia Aztlán
para bañarnos entre esteros
rodeados de venados
y garrobos cuistalos
Rescoldos
Recuerdo aquella cita efímera
con una taza de café
Y por eso pienso
en ti
Lo digo por tus ojos,
libélulas de misterio
Lo digo por tu mirada
mar infinito
Lo digo por tus manos
tu voz
aquella tarde pasajera en que
recorrimos juntos las calles
Entonces imaginar acariciar tu pelo
enredado en mis dedos
robarte un beso
Cantar el brillo de la luna
entretenidos en silencios
y llovizna vespertina
Lo digo por la tarde de invierno
en que te vi un instante
y te amé una vida
Autorretrato definitivo
Soy como los animales
que sueñan
se embrocan a pensar
y contemplar la vida
sin preocuparse
Comen, beben
Se divierten persiguiendo moscas
saludando al vecino
con la risa misteriosa
e incomprensible.
Yo también sueño
y cuento los días
Esperando que algo pase
que me cambie la vida,
o tal vez dormir
comer
despertar para salir
de esta monotonía.
De Mínima Señal, 2008
sábado, 24 de enero de 2009
De Mínima Señal
Insomnio
El reloj carcome incesante las horas
y su tic tac estridente golpea mis oídos.
Afuera el fresco de la noche adormece
el canto de los grillos
mientras aquí adentro el insomnio
hace sangrar mi espalda bajo las sábanas.
Sobre la muerte
Hay algo que aprisiona mi cuello
Frío es el beso de sus labios
húmedos y negros
Largo es su sueño
y quiere adormecerme
Su abrazo es tan fuerte
como el de una serpiente
e intenta cerrarme los ojos por siempre.
Elegías
I
Mirábale
con la luz de la luna
en el atardecer
Mirábale
con el sueño intangible
ahogado en el recuerdo
Mirábale
en el reflejo de sus ojos
con el llanto en las pupilas
Mirábale
preso de su mirada
mirábale
mientras ella se callaba
II
A un lado del silencio
donde naufraga mi pena
y mi dolor
es donde tengo mi fe perdida
y mis sueños rotos
y donde la esperanza
hace tiempo que murió...
No hay escapatoria
la muerte espera mi llegada
con desesperación
Pido perdón y oro
anunciando el indeseable adiós.
III
Un hombre llora en silencio
en el rincón de su soledad.
Llora por la muerte que pasa
y se lleva al niño con quien jugaba
Llora por la madre que se ha ido
y ha dejado a su hijo llorando
Y contempla cómo el tiempo
se lleva los recuerdos felices.
El reloj carcome incesante las horas
y su tic tac estridente golpea mis oídos.
Afuera el fresco de la noche adormece
el canto de los grillos
mientras aquí adentro el insomnio
hace sangrar mi espalda bajo las sábanas.
Sobre la muerte
Hay algo que aprisiona mi cuello
Frío es el beso de sus labios
húmedos y negros
Largo es su sueño
y quiere adormecerme
Su abrazo es tan fuerte
como el de una serpiente
e intenta cerrarme los ojos por siempre.
Elegías
I
Mirábale
con la luz de la luna
en el atardecer
Mirábale
con el sueño intangible
ahogado en el recuerdo
Mirábale
en el reflejo de sus ojos
con el llanto en las pupilas
Mirábale
preso de su mirada
mirábale
mientras ella se callaba
II
A un lado del silencio
donde naufraga mi pena
y mi dolor
es donde tengo mi fe perdida
y mis sueños rotos
y donde la esperanza
hace tiempo que murió...
No hay escapatoria
la muerte espera mi llegada
con desesperación
Pido perdón y oro
anunciando el indeseable adiós.
III
Un hombre llora en silencio
en el rincón de su soledad.
Llora por la muerte que pasa
y se lleva al niño con quien jugaba
Llora por la madre que se ha ido
y ha dejado a su hijo llorando
Y contempla cómo el tiempo
se lleva los recuerdos felices.
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